26/02/2019

El pirineo, un reclamo para el turismo hebreo

un hombre está tomando una foto de un grupo de personas en la cima de una montaña .



Israel ha descubierto los Pirineos. Los israelíes ya son,
después de los catalanes, la segunda nacionalidad en número de visitantes al Parque Nacional de Aigües-

tortes i Estany de Sant Maurici.
Según los datos de 2012, los extranjeros fueron

ese año el 18% de los 299.658 visitantes del parque. Y de ellos, el 30% eran is-

raelíes. Lo que más les atrae son las montañas vírgenes, los ríos de aguas bravas

y los pueblos que conservan su antiguo encanto, lejos de las masificaciones de

los territorios con mucha tradición turística. Son unos clientes que llegan muy

repartidos a lo largo del año.

La huella del turismo israelí también se ve en restaurantes que ofrecen la carta

en lengua hebrea y han adaptado algunos de sus platos a los requerimientos

de la cocina kosher para los clientes que siguen las normas gastronómicas

religiosas.

Hace diez años se creó Travel Nexus, una de las primeras agencias de viaje

para conectar Israel con Cataluña y los Pirineos. Este verano impulsa una curiosa

experiencia turística: medio millar de mujeres israelíes pasarán por los Pirineos de

Lleida en una actividad de aventura llamada Reina del Desierto. Este proyecto

se ha convertido en un fenómeno que permite descubrir los rincones más

atractivos del mundo a las mujeres israelíes que quieren probar de qué pasta

están hechas.

A partir de la primera semana de junio y hasta septiembre, grupos sucesivos de

40 mujeres israelíes participarán, de siete días en siete días, en una experiencia

vital que incluye rafting, espeleología, dormir en refugios de montaña, conducir

todoterrenos por pistas forestales y dos travesías que forman parte de los itine-

rarios de las Rutas de la Libertad, que pasan por el Alt Urgell, el Pallars Sobirà,

la Alta Ribagorça y la Val d’Aran.

También la historia liga Israel con los Pirineos. Uno de los atractivos añadidos

para los turistas israelíes es la Prisión-Museo de Sort y las rutas Montañas de la

Libertad, que rememoran el paso de miles de refugiados por la frontera durante

la Guerra Civil, primero, y la Segunda Guerra Mundial después. Este verano hay

unas trescientas prereservas de israelíes para el museo, cuando al cabo del año

lo visitan de forma concertada unas dos mil personas.

Revista Ara Lleida.